Es esa época del año en la que extraño estar en Chicago, mi ciudad natal. El clima se vuelve perfecto para usar chaquetas o suéteres y jugar al fútbol en el césped o en los parques. Pero lo más destacado es el cambio de colores en los árboles. Siempre nos alejábamos de la ciudad y nos dirigíamos a las reservas forestales al oeste para ver el cambio increíble. En otoño, los colores simplemente explotan en tonos de amarillo, naranja y morado. La vista es casi surrealista. En mis recuerdos, es la paleta del Gran Arquitecto con la que pinta un cuadro de lo que deseamos que la naturaleza sea siempre.

Los colores de nuestras vidas también cambian. Entramos en una temporada de celebraciones y recordatorios del valor de la familia y los amigos. Pero creo que el Día de Acción de Gracias es la verdadera joya de las fiestas. Con el final del calor y la belleza restantes del otoño, nos reunimos alrededor de nuestras mesas para ofrecer humildemente nuestro agradecimiento por todo lo que tenemos y somos, así como por la generosidad representada por las fiestas tradicionales. Nos tomamos de la mano en agradecimiento por todo lo que nos ha bendecido.

Mientras cuentas tus bendiciones, recuerda a aquellos que no son tan afortunados y contempla una manera de ejercer tus obligaciones caritativas para su beneficio. Llévales luz y calor de cualquier manera que puedas, tanto ahora como durante todo el año. Susan y yo les deseamos bendiciones, buena comida y buena fortuna para el Día de Acción de Gracias y más allá.

Fraternalmente tuyo

Randall L. Brill
Gran Maestre de California