El frío y gris de diciembre comenzó a cubrir la ciudad pero las avenidas, especialmente la de mi barrio, iluminaban el cielo y contagiaban de calidez con luces y adornos colgados de los postes de luz y centelleando en cada ventana. 

Mis recuerdos más preciados de la infancia de las fiestas fueron cuando nuestros maestros y padres me recordaron de qué se trataba realmente el espíritu de la temporada y cuán importantes eran el dar y la generosidad para sentir ese espíritu. “Mejor dar que recibir” era literalmente el tema estándar. 

Éramos conscientes de que algunos de nuestros amigos y vecinos tenían diferentes nombres y prácticas para celebrar las mismas ideas y espíritu. Nunca olvidaré la primera vez que oí hablar de un arbusto de Hanukkah, un guiño humorístico pero sincero a los árboles de Navidad. Y estaba descaradamente celoso de algunos de mis compañeros de juego del vecindario que recibieron regalos durante días seguidos mientras que yo recibía solo una oportunidad. Pase lo que pase, siempre fue una época cálida y memorable del año.

Independientemente del camino espiritual que siga, Susan y yo esperamos que usted y los suyos experimenten todas las cosas buenas durante sus vacaciones y durante todo el año. Espero especialmente que en el espíritu de dar, encuentre una manera de recordar nuestro Fundación Masónica de California y nuestro Casas Masónicas, así como cualquiera de los otros programas caritativos que apoya nuestra Gran Logia. Que las bendiciones de Dios sean con usted y que esta temporada navideña no traiga nada más que alegría.

Fraternalmente tuyo

Randall L. Brill
Gran Maestre de California